A lo largo de los siglos, muchas han sido las terapias alternativas y remedios poco ortodoxos que se han ido investigando para solventar las dolencias de cualquier mal. Y es que la ciencia médica ha avanzado muchísimo, pero en paralelo, otras teorías pseudocientíficas también lo han hecho, sobre todo basándose en remedios naturales, en todo lo que la madre Tierra nos ofrece, desde que el mundo es mundo. Este tipo de terapias alternativas han cosechado un gran éxito en los últimos tiempos, ya sean complementos a las terapias médicas habituales, o alternativas cuando éstas fallan. De entre todas las terapias que podemos encontrar hoy en día, tal vez las de las Flores de Bach sean las más populares, ya que su éxito está alcanzando niveles realmente asombrosos para una terapia de este tipo.
Hace décadas, el doctor Edward Bach desarrolló una terapia alternativa llamada terapia floral, en la que utilizaba 38 flores diferentes para crear mezclas que ayudaran a nuestro cuerpo a mantener y recuperar el equilibrio mental. Bach pensaba que las dolencias mentales eran la fuente de todo el mal que el cuerpo sufría, incluyendo también las dolencias físicas. De aquella manera, a través de su terapia, buscaba la forma de volver a equilibrar la mente y alejar la ansiedad, los miedos, la angustia y la depresión, que tal vez estaban siendo somatizadas por nuestro organismo, provocando así otros males más complejos y físicos. La terapia de Bach se hizo muy popular y hoy en día es seguida por millones de personas en todo el mundo. En este artículo te vamos a dar algunas claves para entenderla mejor y sobre todo, para saber cómo tomar estas esencias.
Preparar las flores de Bach
El doctor Bach incluía 38 flores diferentes, cada cual con sus esencias, para una terapia completa. Por supuesto, eso no significa que debamos tomarlas todas, ni mucho menos. Podemos utilizarlas por separado o mezclarlas para obtener también efectos interesantes, según la dolencia que tengamos. Estaré en nosotros prepararlas, para obtener lo que se conoce como tintura madre. Se trata de la parte esencial del remedio que vamos a preparar, la forma en la que se consigue la esencia de las flores que necesitamos. Existen dos métodos, la maceración al sol, dejando las flores escogidas al sol durante unas horas y luego colándolas, para obtener ese macerado, que meteremos en una botella con un poco de brandy para conservar, y la obtención a través de hervir las flores, para que el macerado se obtenga de esa manera después de filtrarse, y podamos meterlo en la botella con el brandy.
Estas botellas deben ser de vidrio y de color ámbar, para impedir que la luz entre en ellas. Es bueno que las mantengamos en un lugar a temperatura ambiente. Con ellas podemos preparar las botellitas de stock, que son las que tomaremos cuando las necesitemos. Cada botellita suele tener, de media, dos o tres gotas del filtrado de la tintura madre, junto a 30 ml de brandy, lo que favorecerá también sus efectos y su conservación. Podemos sacar muchas de estas botellitas de stock de una sola preparación o filtrado, así que será bueno conservarlas. Nos servirán de base para preparar la tercera dilución, la que tomaremos, siguiendo las instrucciones del médico o herborista, con unas gotas de cada tintura floral más 30 ml de agua mineral, y un 20% de brandy aproximadamente, para seguir conservando la mezcla. Estos remedios florales son los que debemos tener a mano para tomarlos cuando sea necesario.
Dos gotas en un vaso de agua
Para tomar directamente el preparado, haremos una cuarta dilución, ya que la esencia que hemos preparado tendrá que estar diluida de nuevo en un vaso de agua mineral. Serán solo dos o tres gotas las que echemos en ese vaso, para crear el remedio definitivo que debemos ir bebiendo a sorbos pequeños a lo largo del día. Taparemos mientras tanto el vaso con un paño, manteniéndolo a temperatura ambiente, sin que le dé el sol directamente. Esta es una de las maneras más habituales de tomar las flores de Bach, ya que se recomienda esa dilución a través del agua y seguir bebiendo durante todo el día, con la receta preparada según las instrucciones que nos hayan dado.
Por eso es bueno tener varias botellitas de stock o remedios florales de distintas flores, para que a la hora de preparar estas últimas diluciones todo esté mucho más a mano. Tomar estos remedios pueden ayudar a mantenernos mejor emocionalmente, a alejar la ansiedad, la depresión y la angustia de nuestra mente. El método de los vasos de agua se suele utilizar para momentos negativos puntuales. Es decir, es algo habitual en aquellas personas que estén pasando una mala racha, pero es desaconsejable si sufrimos esa crisis emocional de forma constante o durante un tiempo prolongado.
Frascos de tratamiento
La manera de preparar por nuestra cuenta las esencias y los remedios florales es una de las mejores fórmulas para controlar todo el proceso, pero también podemos encontrar estas esencias en diferentes herbolarios, e incluso en farmacias. Vienen en los llamados frascos de tratamiento, ya preparados para ser diluidos en agua o tomarlas con gotas bajo la lengua, como veremos a continuación. Estos frascos de tratamiento siguen la fórmula descrita anteriormente, pero evidentemente son más caros que obtener todo esto por nuestra cuenta. Igualmente encontramos en ellos soluciones ya preparadas que no son tan usuales, como los Remedios de Rescate, que se utilizan cuando la situación es algo más grave de lo previsto y necesitamos una terapia “de choque” para neutralizar los malos pensamientos y revertirlos.
Depositar sobre la lengua
Ya hemos visto que una de las formas más habituales de tomar las flores de Bach supone diluir los remedios florales en un vaso con agua mineral y un poco de brandy, pero también existe otra opción, algo más directa, la de colocar cuatro gotas del remedio o la esencia flora bajo nuestra lengua, para poder asimilarlas mejor. Este proceso se lleva a cabo con mucha precaución, para no sobrepasar las dosis recomendadas, aunque es cierto que este tratamiento no tiene efectos secundarios. También pueden colocarse las gotas en la frente, para ser absorbidas, o en niños muy pequeños, incluso en las muñecas. Las dosis variarán de 4 a 6 diarias, según nuestras necesidades. Se recomienda solo como opción desesperada si no tenemos cerca agua mineral.