Cada día, en cada momento, nuestro cerebro recibe multitud de estímulos a través de los sentidos. Algunos de ellos sin imprescindibles para poder desenvolvernos en el día a día, y otros son simplemente información que nos llega, y que debemos filtrar porque en realidad no nos interesa demasiado. Sin embargo, los estímulos siguen estando ahí, constantes, incisivos, tanto en el trabajo como en casa, en cualquier relación, en casi cualquier m omento en el que estamos despiertos… Solo desaparecen cuando dormimos, cuando nuestra conciencia se apaga y somos capaces de descansar. Precisamente, el cerebro nos “obliga” a dormir para resetearse y desechar todos los estímulos y recuerdos que hemos ido acumulando y que ya no nos sirven. Por eso muchas personas solo encuentran un estado de paz y bienestar durante el sueño, cuando son ajenas a todo eso que les rodea y pueden descansar plácidamente. ¿Es posible conseguir ese estado también durante la vigilia?
Muchos lo intentan, sobre todo a través de la meditación, un método de eficacia demostrada que tiene milenios de antigüedad y que hoy por hoy es muy popular en todo el mundo, aunque naciese en el seno de las tradiciones y culturas asiáticas. La meditación nos permite conseguir esa calma mental que buscamos, concentrándonos en el aquí y ahora, en lo que estamos sintiendo en ese momento, sin juzgar, sin poner filtros, simplemente dejando que fluya. Y a través de la meditación, de ese estado de equilibrio mental y espiritual, muchos han alcanzado la tan ansiada paz interior de la que siempre se habla, pero que tan pocas veces se deja ver o sentir. Un estado en el que nos sentimos dichosos, tranquilos, sin que los estímulos externos o internos nos puedan influir. Un equilibrio necesario para estar mejor con nosotros mismos y sobrevivir en un mundo que cada vez nos pone las cosas más difíciles para encontrar esa calma que necesitamos. Aquí te vamos a dar algunos consejos para llegar a ella.
Qué es la paz interior
El concepto de paz interior es tan volátil que cada cual lo puede entender a su manera, y es que cada uno de nosotros tiene una forma concreta y específica de entender lo que es la calma. Se suele decir que la paz interior se consigue cuando logramos ese estado de calma mental y espiritual en el que nos sentimos felices y apaciguados, protegidos frente a los estímulos externos que nos puedan desequilibrar, relajados y tranquilos. Alcanzar este estado no es sencillo, como ya podrás imaginar, y mucho menos mantenerlo a lo largo de un periodo de tiempo relativamente prolongado, puesto que siempre habrá algo que trate de tirar por tierra nuestra paz interior. Sin embargo, es una aspiración que al menos debe ser intentada por todos nosotros, para lograr aprender lo que nos hace felices y dichosos en ese proceso.
La meditación como forma de encontrarla
La paz interior se puede considerar un estado mental de tranquilidad, felicidad y relajación, perfecto para poder afrontar el día a día con un ánimo mucho más positivo. Lograrla no es fácil, y aunque por momentos pensemos que estamos completamente en paz con nosotros mismos, eso no suele durar mucho porque el mundo exterior nos pone por delante estímulos que acaban por desestabilizarnos. ¿Cuál es la manera más eficaz de llegar a esa paz interior? La meditación, un medio por el cual dejamos a un lado todo lo externo y nos centramos en lo que fluye dentro de nosotros. A través de la meditación conseguimos aprender a conocernos mejor, a tratarnos, a entendernos, para así tener acceso a ese oasis de calma en nuestro interior.
Ejercicios de meditación
Hemos destacado la meditación como medio para conseguir esa paz interior, pero como apuntábamos arriba, es algo tan personal que cada cual tiene su propia forma de aspirar a ella, y para algunos es incluso a través del deporte o la música, divertimentos en los que sienten cómodos, realizados y concentrados en el momento, disfrutando de una conexión que les permite llegar mucho más profundo en su estado mental. Sea cual sea tu forma de caminar hacia esa paz interior, nosotros te sugerimos que pruebes algunos ejercicios de meditación para conocer cuáles son sus efectos sobre tu propia paz mental. Puedes empezar por algo muy sencillo, relajación y mantras simples durante cinco o diez minutos por las mañanas.
Otra de las opciones de meditación más habituales es el yoga, que además nos permite hacer ejercicio mientras meditamos. Concentrarse en la respiración es una de las formas más usuales de meditación, algo que además podemos hacer en cada momento, incluso en público, cuando vamos en el bus o estamos esperando en la cola del supermercado. Se trata de ir acostumbrado a nuestra mente a centrarse en nuestro cuerpo, en lo que fluye a través de él. La desintoxicación digital, el escoger un día en el que a partir de una hora determinada nos desconectemos de pantallas, también puede ser una buena forma de concentrarnos en nosotros mismos y alcanzar esa paz interior tan necesaria a través de la meditación. Meditar es conocerse a sí mismo, entenderse, y aunque cuesta al principio, es una inversión de tiempo maravillosa en nosotros mismos.
Relación entre felicidad y paz interior
Si advertíamos anteriormente que el concepto de paz interior podía ser bastante complejo, puesto que cada cual se lo lleva a su propio terreno, las cosas se complican aun más cuando hablamos de felicidad. Todos sabemos lo que es, todos queremos conseguirla, pero en realidad, pocos son capaces de explicarla de forma concreta. Y es que la felicidad varía mucho de unas personas a otras, según sus deseos, según sus objetivos, según su forma de ser y de actuar… Para unos la felicidad es una fiesta con los amigos en una discoteca hasta el amanecer, mientras que para otros es quedarse en casa junto a su pareja y su perro, leyendo un buen libro. Cada uno tiene un concepto propio de felicidad, y eso también influye en la forma de conseguir la paz interior.
Es complicado ser felices si estamos continuamente preocupados por todo lo que tenemos a nuestro alrededor. Si cada cosa que ocurre nos desequilibra y nos hace perder esa tranquilidad que tanto nos cuesta conseguir. Por eso, si llegamos a ese estado de paz mental, la felicidad estará a nuestro alcance, y será con efecto prolongado, como una calma que nos hace sentir bien en todo momento y afrontar cada obstáculo de la vida de forma positiva, en lugar de venirnos abajo cuando ocurre algo inesperado. Si la felicidad es el destino que tenemos todos nosotros, la paz interior es el billete que nos llevará directamente hacia ella, sin escalas, con un profundo aprendizaje y aceptación de lo que somos.